Daniel Medvedov es un semiólogo -entre muchas cosas que aparecen en su hoja de vida-, y escribió esto sobre 2001: Odisea Espacial, de Kubrick, en el marco de su ensayo sobre "El Código General de las Lenguas. El Genoma y el Zoema Humano". Pero que también se convirtió en un artículo más concreto sobre la película. De allí sale este extracto:
"En la película de Stanley Kubrick, "Odisea Espacial 2001", tanto los monos como los astronautas humanos quedan perplejos frente al monolito que, en realidad, es una estela.
¿ Qué es el monolito-estela? Es el legado sin palabras de una civilización que ha alcanzado niveles de expresión y estilo, ni siquiera sospechados por los ingenieros de los actuales avances tecnológicos. Es comprensible que los monos se maravillen con las aristas de la estela - su sentimiento es puro y natural. No obstante, en la película, los humanos tocan el mismo objeto con desconfianza y duda intelectual y su estado anímico se debate entre el asombro y la ironía necia de los “civilizados”.
Hay en el Popol Vuh, el libro sagrado de la cultura y civilización maya, un episodio en el cual los humanos son castigados y transformados en monos, “rebajándose la condición de su sangre”. La visión no es contraria al darvinismo sino inversa: los monos son humanos degenerados, a razón de un castigo que los dioses le han infligido como consecuencia de sus desmanes sexuales. Si guardamos las distancias, es esta otra teoría sobre la existencia de los monos y sus cuarenta y ocho cromosomas. Los animales son la memoria viva de los principios del lenguaje. Por lo mismo, comparten las mismas bases y los mismos aminoácidos con los humanos. Llegará un día en el cual estas aseveraciones no provocarán asombro, ni sonrisas irónicas de los “expertos”.
El problema del sentido de la película de Kubrick no se resuelve con verla mil veces: puede uno verla cuantas veces desee, pero con ello no la va a entender o comprender mejor: se necesita la clave del código de lectura que está utilizando el autor de la metáfora y este código es de naturaleza óntica, existencial. El monolito-estela es un legado de una civilización lejana en el tiempo y su asombrosa perfección deja perplejos tanto a los simios como a los humanos astronautas."
El resto del artículo de Daniel Medvedov está en este link:
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