sábado, 30 de abril de 2011

Repo men: mucho ruido, una nuez [ATENCIÓN: SPOILERS]


Se trata de 2025, cuando supuestamente ya crearon órganos artificiales que se venden a crédito y con precios exorbitantes. Son vendidos como “algo que le debes a tu familia”. Todo comercializado por The Union.

El protagonista de la película, es decir, Jude Law (Remy) es uno de los recuperadores (saca los órganos artificiales de la gente y los deja morir) pero, él eventualmente tiene un accidente provocado intencionalmente por su compañero Forest Whitaker lo que obligo en primera estancia a hacerle un trasplante de corazón y también a quedarse con una deuda enorme. No entendí lo del compañero con el ojo chueco, debieron de haber puesto a uno con los ojos buenos, aunque la actuación del hombre no es cuestionable.

Una vez Remy se vio no sólo como un victimario, sino también en un papel de víctima, atado a un sistema corrupto y asesino, empezó un fuga con la chicha Alive Braga (Beth) que amó por compartir una condición y estar en el momento.

En su escapatoria su “fiel” amigo lo persigue y le dan a la película un final previo al original. Es decir, se supone que él (Jude Law) escapa con su chica a una playa paradisiaca en el Caribe, pero en realidad todo eso es parte de un programa que se le instala a las personas que caen en coma, de esa manera sueñan sus anhelos por siempre (sí, ese es otro invento para la felicidad de la gente “que le debes a tu familia”).

A pesar de que la película tenía material para tomar una vía de crítica social a un sistema que desde ahora tiene problemas en impartir salud a quienes deben, tomó una vía de collage cinematográfico. Algunas críticas, dicen que es una mala copia de The Repossessions Mambo.

Pero, no todo es malo. Hay una escena en particular, que está antes de que el protagonista destruya el sistema de la compañía. Donde él debe registrar todos los órganos que su amada tiene (son muchos, es más máquina que carne).

Ese pedazo de la película se puede definir como la escena de “amor”. Antes de empezar a abrirle la piel la droga un poco, roza sus labios y comienza la razón por la cual más o menos vale la pena ver la película. Él la besa. De fondo suena “Sing it back” de Moloko.

Y empieza a escanear cada uno de los órganos que la muchacha tiene. Primero los ojos, orejas, garganta, luego abre la piel de la rodilla, pasa a los muslos y en ese instante se ve el esfuerzo que hace por hacer a un lado los músculos, corre la sangre.

Por último, la recuesta es la mesa, le dice que se quede con él, Beth responde “always” (siempre) y le abre el pecho. Ella muere, pero lamentablemente es revivida con una inyección milagrosa, eso da pie a un final no malo, pero sí predecible.

jueves, 28 de abril de 2011

Buscando un tema ¡Encontré música!

Sobre la ciencia ficción hay muchas cosas escritas y también existen diversos temas sobre los cuales aún no se profundiza. Tenía interés en escribir sobre el Chapulín Colorado... pero... luego de investigar y hablar con el profe Calzadilla me di cuenta que él no es producto de la ciencia ficción, o al menos Roberto Gómez Bolaños no lo ha declarado así, y que lo único parecido a este género es su pastilla "chiquitolina" y aún esta no tiene una explicación científica.

Sin embargo, al "googlear" encontré un tema que captó mi atención y se trata sobre las producciones musicales que tienen como eje central de desarrollo la ciencia ficción y, ahora conozco, que importantes cantantes han estado componiendo desde hace bastante tiempo.

La aparición e inclusión de los efectos visuales y la tecnología permitieron a los grupos de música desarrollar melodías con muchísimos más recursos imaginativos, situación que vemos ejemplificada en los videoclips de bandas como Muse, KoRn, Aerosmith o Coldplay.

En el caso de KoRn en el 2000 ellos lanzan su canción "Make me Bad", de su álbum "Issues", acompañada de un videoclip que realizó Martin Weisz en el que los mismos integrantes del grupo son los protagonistas; la historia gira en torno a un laboratorio secreto en el que estudian aisladamente a los cantantes y dos científicos les hacen pruebas inyectándoles un parásito que les hace cambiar de comportamiento. La página web alt64.org argumenta que la pieza audiovisual recuerda a Alien: Resurrección y que el parásito es parecido al Goa'uld de Stargate.

En el año 2001 Muse nos mostró la manera en que ellos aplicaron la ciencia ficción en sus producciones musicales. En "Plug in baby" del álbum "Origin of Symmetry", Muse expone de forma sutil el ciberpunk ya que aparecen mujeres que empiezan a desvanecerse y se convierten, al final del video, en mitad humanas y mitad cables con movimiento, que parecen los órganos de estas modelos.... imagen, que debo confesar, me hizo preguntarme ¿Qué cosa es esta?.

El mismo álbum de esta banda contiene la canción "Bliss", el videoclip lo realiza David Slade y atl64.org explica lo siguiente: "En esta obra podemos encontrar diversas influencias estéticas, desde las formaciones estructurales del principio similares a las mostradas en el Krypton de la película Superman (1978), pasando por el surgimiento y expulsión al espacio exterior emulado de una escena de Dark City (1998), hasta al final del viajero del espacio flotando en inercia que recuerda a algunas películas de astronautas perdidos, como podría ser Dark Star (1974)...". Es decir, hay un coqueteo con estructuras cinematográficas ya conocidas que hacen al espectador familiarizarse con la pieza y por ende volver un éxito esta canción.

Por último quiero dejar a opinión de ustedes los videoclips "Fly Away From Here" ( http://www.youtube.com/watch?v=-ctUyjY7iXc ) de Aerosmith y la pieza audiovisual "Talk" ( http://www.youtube.com/watch?v=W0uqLM1uj_k ) de Coldplay. Aunque de igual forma diré algo, creo que "Talk" es fantástico por los efectos visuales, la edición, la música y el recurso de remontarnos a los años 50 con estilos blancos y negros y escenografías que nos ubican en ese contexto, en el caso de "Fly Away From Here" me recuerda a los Supersónicos por la ciudad futurista y la mujer luego de su transformación parece Afrodita de Mazinger Z.

Entonces, la ciencia ficción no se aplica sólo a las películas sino también a libros, cuentos, música y otras cosas más que comentaré próximamente.

domingo, 24 de abril de 2011

La visión de la que poco sabe de ficción: “Children of men”


Pese al detalle de estar “incursionando” en el mundo de la interpretación de la ciencia ficción, “Children of men” ha logrado enganchar mi interés por las piezas que reflejan mundos y realidades dantescas pero no inimaginables, y más aún cuando se trata de un catastrófico futuro cercano, que para muchos ya está tocando la puerta.

Basada en la novela del mismo nombre, “Children of men” de P. D. James, esta adaptación del año 2006 del mexicano Alfonso Cuarón, resalta principalmente por su ambientación, iluminación y la brillante utilización de planos secuencia de incluso más de 20 minutos de duración, lo que le transmite al espectador la sensación de vivir la tensión y ser partícipe de la trama.

El film hace reflejo de un mundo desastroso e incierto por la ebullición de guerras y el inexplicable fenómeno de la pérdida de fertilidad en las mujeres, que por 18 años ha dejado a la humanidad sin esperanza de reproducción.

La ambientación e iluminación de la película es excelente y acorde con el tono apocalíptico de la historia, sin embargo, las actuaciones dejan mucho que desear por la falta de involucramiento de los actores principales en la trama. Se observan actuaciones planas y en muchos casos se pierden las reacciones de los personajes ante los acontecimientos.

Y la visión de la que poco sabe de ficción, va dirigida a recomendar totalmente esta obra cinematográfica, tanto por los detalles ya mencionados, como por la carga dramática y por qué no, realista de la historia, ya que juega con esa inquietud inherente del ser humano de preocuparse y saber qué puede pasar en el futuro cercano y cómo la humanidad se pudiese ver afectada por ello.


(Foto cortesía de www.visualholliwood.com)

jueves, 21 de abril de 2011

Esto no es Ciencia Ficción

El del video que sigue es Roger Ebert, uno de los críticos cinematográficos más reconocidos del mundo. Hace poco perdió su mandíbula inferior por el cáncer. No come (al menos no por la boca como nosotros), y no habla (al menos no lo hace usando sus cuerdas vocales).



Más allá de lo impresionante del avance tecnológico que le permite a Ebert reconstruir su voz a través de un software, y por supuesto su no menos sorprendente lucha para sobrevivir físicamente al cáncer, está su irrenunciable motivación a perder lo menos posible aquello que lo hace único. Podría decirlo mejor: a no perderlo.

Entonces Ebert lanza en su conversa lo que es para mí el punto clave de su búsqueda personal: "¿Qué valor le damos a nuestra propia voz y cómo afecta lo que somos como personas?" Reflexiona entonces sobre la distancia que se produce entre él y cualquier interlocutor cuando utiliza la voz de la computadora, refiriéndose no solo a la velocidad de interlocución sino también a la percepción de pertenencia de la voz. Además de cómo las redes sociales, como Twitter, reducen esa distancia al estar "todos comunicándose a la misma velocidad". Pero sobre todo el descubrimiento y exploración de la "normalidad" y su reconocimiento en los demás.

Si a la ciencia ficción le interesa explorar el cambio del hombre frente a la intervención de la ciencia y la tecnología, pues habría que aclarar que lo de Roger Ebert no es precisamente ficción, y sin embargo... ¿cuál es el límite?