Siempre
tuve mis críticas hacia el cine fantasioso que te deja pensando en un mundo
inusual lleno de situaciones ilógicas que te hacen preguntar: ¿de dónde salió
esta historia? ¿Cómo es posible que ocurra? O ¿qué demuestra que sea real?
Pues, el cine de Ciencia Ficción permite dar respuestas a las preguntas
anteriormente planteadas al brindar un escenario de posibilidades reales en un
marco que parece irreal.
He
ahí la premisa del cine de Ciencia Ficción que no es más que encontrar un punto
medio entre lo real y lo irreal. Comprendí que las películas de CIFI pueden
mostrarte un mundo que es irreal al mundo que naturalmente estamos acostumbrados
a vivir y creer que puede suceder en un futuro con los avances de la
tecnología, la ciencia y la vinculación con el mundo religioso
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Es
una película del 2010 escrita por Gary Whitta y dirigida por los hermanos Hughes
en la cual Denzel Washington le da vida a Elí, un hombre solitario que vaga
entre una civilización vacía y apocalíptica intentando proteger las sagradas escrituras
que creó un ser superior a todos los hombres y consagró el sentido de la vida,
Dios.

A
medida que se va desenvolviendo la historia, entendemos la realidad que
enfrenta esa civilización y que actualmente en nuestros tiempos muchas naciones
se encuentran en esa situación, sin fe ni ley alguna.El film de Whitta, explica lo que muchos
científicos o religiosos profesan que es el fin del mundo pero muy difícilmente
podemos discernir cuál de estas dos materias tiene la razón, ambos con puntos
de vista distintos intentan mostrar cuál sería el resultado del apocalípsis.
El
tema sobre la apocalípsis ha generado muchas controversias ya que es complicado
saber cómo o desde cuándo se está acercando el final del mundo y cómo
explicarnos que Eli memoriza cada una de las palabras reflejadas en el libro en
el momento que logran transcribir la Biblia. ¿Será ficción o en realidad? ¿Existirá
un hombre que tenga la capacidad de retener esa cantidad de testimonios exactos
de “la palabra del Señor”?.Insisto, nuestro mundo es una escena de CIFI.
Por: Rosmary Bompart
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