lunes, 31 de enero de 2011

Mensaje ambientalista con empaque futurista

Si hay una obra cinematográfica para niños de los últimos tiempos que marque la unión con la ciencia ficción, esa es Wall-E. Conocida como WALL-E: Batallón de limpieza, es una película dirigida por Andrew Stanton, producida por Pixar Animation Studios y distribuida por Walt Disney Pictures.

La historia va algo así, la tierra fue devastada por el ser humano y los últimos sobrevivientes partieron al espacio, pero no antes de diseñar un robot al que llamaron WALL-E, siglas del Waste Allocation Load Lifter Earth-Class, cuya tarea sería encargarse de la limpieza de la basura que cubre al planeta.

WALL-E ha pasado muchos años sólo con la compañía de un insecto de esos que tienen pronosticada la salvación al fin de los tiempos, por lo que no resulta sorpresivo que tan pronto ve a EVA, una robot mucho más moderna que él y que es enviada a esta galaxia para averiguar la existencia en dicho planeta, queda prendado y la sigue al espacio donde juntos emprenderán una aventura que terminará salvando la humanidad.

En ese presente, que hoy parece bastante lejano, el ser humano ya no sólo convive con robots sino que toda su existencia depende de ellos por lo que se convierte en un interesante experimento aunque pueda ser visto como un poco anacrónico.

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