Quienes no pudieron asistir a la tercera película del mes de CIFI quizás no saben de quien es este cautivador rostro.
Se trata de Alex, el protagonista de La Naranja Mecánica, película dirigida por Stanley Kubrick en 1971.
El es un joven arriesgado y violento, el cual es encarcelado por asesinar a una mujer. Durante su condena, el se interesa por ciertos aspectos de la vida pero de una forma retorcida. En vista de querer explorar estos sentimientos, expresa su disposición a formar parte de un ensayo científico-psicológico llamado la técnica Ludovico, que se encarga de reformar a los pillos.
Para no echarles a perder el final de la película, si en algún momento la desean ver... les comentaré lo siguiente...
Es bueno tomar en cuenta al momento de analizar la obra, el uso de la sátira por parte de Kubrick para expresar sus denuncias sociales. Esta el caso del totalitarismo (Nazi) como algo negativo pero que a la final le es funcional (guardia) para mantener el orden.
La música, no solo en La Naranja Mecánica, es una herramienta que Kubrick utiliza para envolver al público, en un complejo proceso mental en el cual el horror y la armonía casi no se distinguen. Es totalmente abrumador.
Los objetos fálicos, representan un deseo no saciado, una fuente de poder que motiva a Alex a realizar sus fechorías.
Pero el argumento principal, el cual es visto como una "sutileza" dentro de la película, es el libre albedrío y como este se refleja en nuestra principal característica como seres humanos.
Ahora para poner la cosa interesante, me acabo de acordar de unas preguntas ¿será qué todos estamos condicionados a hacer el bien o el mal? ¿hasta que punto somos libres de elegir? esto me recuerda a Rousseau y a Hobbes.
Hasta aquí les dejo mi Post, diciendo que hay infinitos signos dignos de análisis dentro de esta gran fruta naranja, los invito a ver otra buena película.
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