Las palabras, el poder de ellas a través del cine vuelve a retornar en una propuesta diferente y no tan pulcra como Farenheit 451, se trata de El Libro de Elí. Un ambiente totalmente futurista y distópico, parecido a primera vista a Mad Max, pero con ciertos cambios tecnológicos y estilísticos. Es allí donde entra la ciencia ficción.
La forma de lo creíble en la película no se da por entendido a simple vista, sino por ciertos matices en los diálogos. Por ejemplo: "¿De dónde obtienen el agua?" (como un producto tan escaso y tan preciado); Vivíamos sin saber lo valioso que eran las cosas (parafraseo); "Después de la guerra". Es decir, se explica con poco que es en un futuro y no hay que explicarlo mucho.
La herencia de la CiFi se deja observar cuando el villano da a conocer la pasión y su ambición: los libros. Hace mas de 40 años se había proyectado Farenheit 451, una película en la que una brigada de bomberos quemaban los libros. El objetivo era eliminarlos. Solo el jefe de la brigada tenía el conocimiento de ellos hasta que uno de sus bomberos se revela y empieza a leerlos. A tomar libertad...
En El Libro de Elí es distinto. El villano quiere los libros, los peso pesados, pero no para quemarlos. Y el concepto es distinto. Ahora la persecución es hacia un hombre... que tiene el libro más importante de la historia: La Biblia.
Otro factor heredado del campo de ficción es el viaje que debe emprender. Un viaje hacia un futuro mejor, solo que sin máquinas, ni rayos, ni colores. Caminando y sobreviviendo a muchas clases de peligros, mayormente, combates.
Finalmente, es menos ciéntífica y más de fe. Se las recomiendo. Es otra forma de entender las posibilidades que ofrece el cine para imaginar y comunicar un mensaje a través de la Ci-Fi.
Y los libros... sí, son importantes.
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