jueves, 10 de mayo de 2012

Dioses terrenales

La osadía del hombre de creerse Dios ha penetrado en el mundo desde hace muchísimos años, de distintas maneras, en distintos lugares, no importa el idioma, la raza o la época. Siempre habrá un momento en el que se necesite un Dios que pueda controlar, de forma visible, la situación terrenal.

En la cultura egipcia ha habido múltiples Dioses, los que llamamos Faraones. Qué tal aquél que creía que podía hacer que el mundo se conformara de una raza perfecta. O aquellos capaces de crear vidas de formas no naturales, no comunes, como la clonación o la inseminación artificial.

Es grande la variedad de Dioses terrenales, e innumerables sus poderes. ¿Recuerdan aquel del cine, de una película en el año 1910? ¿El que dio vida a la unión de restos humanos a través de la electricidad? El resultado de esa “diosdada” tiene un nombre: Frankenstein. Un gran clásico de la ciencia ficción.  

Víctor Frankenstein, el Dios de esta película, busca una forma de volver de la muerte; para ello, mientras está estudiando medicina en Inglaterra, realiza una serie de experimentos para devolver cuerpos a la vida basándose en otros estudios que había hecho uno de sus profesores, para el momento ya fallecido, en los que se descubrió que los cuerpos se podían mover con electricidad.

Codicia, amor, arrogancia, desesperación, cualquier motivo es válido para dar explicación a la faena de Víctor, pero la realidad es que el resultado no fue lo que esperaba.

Los miembros que componían a la criatura estaban seleccionados con la intención de que esta fuera hermosa; en cambio, era horrible. Sus movimientos no eran fluidos, todo él era grotesco, su color de piel, no lo sé, creo que vi la película en blanco y negro. Mas, a juzgar por el desprecio y el abandono de Víctor, su creador, su Dios, no debía ser agradable, pero aún así tenía sentimientos.

El rechazo de su creador y del resto de las personas hizo que Frankenstein se rebelara contra la sociedad y, sobre todo, contra su Dios.

Todos aquellos Dioses terrenales han pagado de alguna forma sus “diosdades”, Víctor no está exento de esto, él también lo tuvo que pagar… ¿que cómo?... te invito a ver la película y lo comprenderás, pero eso sí… tú llevas las chucherías.


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