La Ciencia Ficción es
sin duda una de las maneras en las que el ser humano busca respuestas y
soluciones a los problemas que aquejan a la sociedad y la vida íntima de cada
persona, que bajo circunstancias naturales sería imposible.
Es una forma de proyectarse ante el problema, y de una
manera fantástica solucionarlo, pero sólo a través de lo que el hombre puede
controlar, y eso es la tecnología. Es con ella que puede echar mano a
situaciones incontrolables: como eventos pasados, deseos inalcanzables (al
menos por el momento), problemas de inseguridad, la contaminación, guerra, la
muerte, malas decisiones, todo lo que uno quisiera borrar o cambiar
drásticamente.
Por ejemplo, Volver al
Futuro plantea la posibilidad de cambiar el presente mejorando las decisiones
mal tomadas en el pasado, y evitar las futuras. La película muestra el diseño
de una maquina que permite retroceder y avanzar en el tiempo, no sólo con la posibilidad
de ser un observador sino de poder intervenir y cambiar los hechos, que
afectaron negativamente en el futuro. Obviamente casi una fantasía. Se
evidencia el deseo de poder modificar algo que es completamente imposible, al
menos hasta la actualidad.
Terminator muestra un
mundo que colapsó en sus propias invenciones, recayendo sobre ella misma. Las
máquinas controladas por el odio y la ambición, destruyen la humanidad.
Nuevamente, interviene el factor de retroceder el tiempo y cambiar el curso de las
cosas, evitando decisiones erradas que produjeron una hecatombe incontrolable. En
la que curiosamente, en el transcurso de la historia, la máquina del futuro
regresa al pasado para ayudar, y se reconcilia con el hombre ayudándolo a
escapar de la destrucción. Luego, en recompensa por todo el daño que causó su
“gente” (el resto de las máquinas), se destruye asimismo para cambiar el curso
de la historia.
El Hombre Bicentenario,
particularmente tocó las fibras más profundas de mi corazón. Y aunque el argumento
de esta película pareciera más bien completamente artificial, demostró la
belleza del ser humano, de poder respirar, amar, besar, tocar, comer, e incluso
envejecer, las cosas más cotidianas que para algunos es algo tan automático pasando
desapercibido, aquí un robot entendió el valor de todas estas cosas, tanto que
deseó ser un humano.
Por último como para
citar un ejemplo actual en Ciencia Ficción, que refleja otra problemática
solucionada por la intervención tecnológica, es la animación WALL-E. Realmente
esta película representa varios problemas gracias a los avances: muestra una
sociedad que colapsó en la devastación por la contaminación ambiental, y que
curiosamente una máquina fue quien comprendió la misión restauradora de la
tierra, ayudando a entrar en reflexión a un ser humano para regresar a “casa”.
También demuestra cómo
la interacción social es completamente electrónica, nada humana. Las personas ya
no pensaban por sí misma, sino que todo es bajo las órdenes de: una pantalla,
una corneta, un alta voz, un botón, y así sucesivamente. Hasta que una pareja
cambió la manera de relacionarse entre ellos mismos y el entorno, gracias a que
accidentalmente la maquinita con “sentimientos humanos”, logró desconectarlos
de ese mundo paralelo en el que estaban absortos.
Personalmente, creo que las películas de Ciencia Ficción
son plenamente reflexivas. Muestran la percepción que se tiene de los
problemas, la necesidad de cambiarlos, intervenir en ellos y llevar a la
conciencia (de alguna manera), la responsabilidad que nos toca ante este mundo,
que en realidad estamos dejando poco a poco en manos de botones, pantallas y aparatos cada vez más
“humanos”.
María Andreina Cerrada Moreno
María Andreina Cerrada Moreno
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